Alrededor de trece mil personas murieron bajo el trauma de la amenaza  de la red yihadista Al Qaeda.

Eran las 8:46 de la mañana en Nueva York cuando un Boeing 767 de American Airlines se estrellaba contra la torre norte del World Trade Center. 

Era el inicio de una pesadilla que dejó casi tres mil muertos y que la historia recordaría como los ataques del 11-S. 


A partir de allí, el mundo nunca volvió a ser el mismo, señala el portal abc.es.


Este jueves se cumplen trece años de dicho atentado que dejó miles de muertos, lo que supuso el comienzo de una nueva era en el orden mundial, una sacudida cuya onda expansiva alcanza la actualidad, y la amenaza del odio islamista contra los Estados Unidos y el Occidente liberal se mantiene.

Ahora ese odio islamista se ve reflejado, con renovado brío, en el sanguinario impulso del Estado Islámico (EI) y sus crueles videos caseros donde sin pudor muestran las decapitaciones que realizan.

El aniversario de los atentados llega el día después de que el presidente Barack Obama, un anónimo miembro del Senado de Illinois aquel setiembre de 2001, haya hecho público su plan para combatir al EI, un desafío que recuerda que en este tiempo el enemigo yihadista habrá cambiado de cabecillas y de siglas, pero no desapareció.